Como crear un mundo de fantasía: Reciclando historias clásicas

La memoria colectiva de nuestra sociedad no para de crecer. En un mundo donde la globalización es un fenómeno muy real, las reglas de la escritura han cambiado. Hace ciento cincuenta años era impensable escribir una historia de vampiros sin explicar lo que eran. Hoy en día tenemos novelas románticas con un triángulo amoroso humano, vampiro, hombre lobo. La cantidad de películas, series, libros, cómics, videojuegos que han creado o expandido mundos fantásticos es abrumadora. Ha llegado a un punto que tan cotidiano es hablar de un perro como de un dragón. Esto nos permite, como escritores, apoyarnos otros en mundos e historias para crear las nuestras. ¿Qué quieres hacerlo todo de cero? Claro, también puedes. Pero eso lo tratamos en otros artículos. Veamos qué dicen nuestros escritores al respecto.

¿Haces referencias a otros mundos? ¿Cuáles?

Daniel: Pocas, como la raza de los vânlail, basados en los zora de los Legend of Zelda. O los eltámar, un pueblo de náelmar que se parece mucho a los rohirrim de Tolkien. Lo que nunca haría es basar toda una historia en otro mundo, aunque algunos de los resultados que he visto son muy buenos. Bueno, ¡eso si no contamos algún que otro dragón, vampiros y otras referencias!

Albert: Uno de mis mundos se basa en lo que podría ser un videojuego de fantasía clásico. Un Diablo 2, por ejemplo. Hago referencias a nuestro mundo a través de iconos pop, personajes públicos y comida. Me apoyo utilizando algunos animales fantásticos clásicos. ¿A quién no le gustan los dragones?

¿Te gusta esta moda de coger mitos e historias clásicas para darle una vuelta de tuerca?

D: No puedo decir que me sorprenda cada vez que leo un libro en el que hay un pueblo de humanos que vive exactamente como los vikingos, pero bien llevado, no queda mal. Hay gente que admira mucho estas historias y es normal que quiera introducirlas en las suyas, pero una vez leí “¡por el martillo de Dror!” en un libro y me dio cierta sensación de plagio barato que no me causó precisamente admiración. Valoro la originalidad, pero por encima de eso, las cosas que tengan sentido y sorprendan para bien.

A: Me encanta la serie de TV Supernatural que le da una vuelta de tuerca a todos los mitos sobre monstruos, ángeles y demonios. Utiliza el conocimiento del televidente para decirle que todo lo que le habían contado era falso. En un mundo donde todo ese conocimiento no estuviera ampliamente extendido no funcionaría. Lo mismo con el primer libro de The Witcher, se apoya en cuentos e historias clásicas para decir que no fueron exactamente así. Estos dos son ejemplos de obras que son posibles gracias a todo lo que vino antes. ¿Cuál es su problema? No podrían haber sido concebidas hace cien años. Apoyarse en cosas conocidas puede suponer un gran guiño al lector, pero a su vez estás comprometiendo la comprensión total de la obra.

¿Cómo haríais una historia basada en otra, y cuál escogerías? 

D: Si Saint Seiya no estuviera inventado, lo haría así, creando unos caballeros tochos que usan armaduras flipantes basadas en la mitología griega para proteger a la reencarnación de Atenea x) Pero ya está hecho, así que no sé cómo sentaría las bases de una historia en otra. Creo que nunca lo haría, pero si alguna vez cambiara de idea escogería la mitología griega.

A: Yo si hiciera algo así sería para escribir sobre algún universo que ya esté bien construido. Quizás los que me llamen más la atención son el de Warhammer 40.000 y el de Shingeki no Kyojin (Attack on Titan en occidente). Una historia de intriga en un mundo astronave eldar o una campaña de los Lobos Espaciales sería gracioso. Reescribir Shingeki con un protagonista menos inútil me encantaría. Lo reconozco, odio a Eren Jaeger. ;)

Conclusión

Dragones, vampiros, hombres lobo, sirenas, orcos de Tolkien o de Warhammer, etc. Mitología griega, nórdica, japonesa o cualquier otra historia que ya se haya escrito. Es tan común basarse en algo de esto hoy en día, que nadie va a recriminar al escritor que lo haga. La cuestión, como siempre, es cómo se haga: sin con una copia que no aporte nada o con una novedosa nueva visión que enriquezca lo que ya conocemos.